El miércoles llega y, después de dos
semanas, ¡¡¡¡descubro que hay taquillas!!!! Mis hombros se regocijan al salir
de la oficina sólo con un bolso (es tan bonito y estupendo que aunque llevaba
la bolsa del portátil, siempre llevaba el bolso también) y una bolsa (con los
tacones). ¡Que vivan las taquillas!
Cómo no, tengo que pedirle un euro a la
conserje ('conserja' suena mal aunque conserje no me convence) después de
preguntarle a 3 personas (yo sólo tenía 50 cents o 2€).
Sabiendo que me voy a Stuttgart a pasar el
fin de semana y que llegaré a casa tarde el domingo, me dejo las llaves en la
bolsa del ordenador, en la taquilla, en la oficina, a 50 min. de casa. Y me doy cuenta cuando bajo
del bus ya en casa de Edu... Lo peor viene cuando al llamar al móvil no me
contesta nadie, en el timbre tampoco... Me siento en un banco deseando que la
'anada' del día no se convierta en la 'anada' del mes y sólo sea un susto.
Al final Edu oye el teléfono fijo y llego
a casa.
Salgo de casa para ir a firmar el contrato
del piso, a partir del domingo dormiré en el 'Blue heaven', aunque aún no me da
las llaves y tendré que llamar a mis compañeros de piso para que estén en casa
y me abran.
Cuando llego a firmar el contrato en su
'despacho' (básicamente una cocina y comedor de otro piso - el que vi al
principio - llena, llena, llena, llenísima de cajas con jabones y cremas y
polvos para hacer bebidas energéticas... sí, todo muy cuco) me dice que le
tengo que llevar un seguro (que me tengo que hacer y para el que tengo que
pagar, que básicamente sirve para que, cuando queme la casa, lo paguen los del
seguro) y mi informe policial (o sea, el papel donde pone que no tengo
antecedentes de haber matado a nadie) cuando le miro con cara de alucine me
cuenta que en otro piso tuvieron a un chico que: 'se dibuja una ralla
imaginaria por la garganta con el pulgar mientras saca la lengua'
mientras habla hace el mismo gesto dos veces más para que entienda bien que es
importante pagar 16€ para tener el papel en mis documentos del contrato.
Tras firmar, hacer la transferencia desde su ordenador (para que viera que la hacía... todo muy normal) y contestar a diversas preguntas sobre mi liquidez ('¿Cobras?¿Cuánto? ¿Cuánto dinero tienes en tu cuenta? ¿Y en tu cuenta de España?... Empezaba a estar segura de que me iba a robar...) volví a casa. No sin antes pasar por correos y comprar sellos en la máquina expendedora de sellos (¡sí! ¡una máquina expendedora de sellos!). Metí 5€ por no contar monedas, le di varias veces a 'Aceptar' en la pantalla y además de los sellos, la máquina me devolvió 80 cents en... ¡SELLOS! de cinco sellos de 0.03 y uno de 0.20, ¡súper útil!
(casi dos meses después, siguen en mi cartera).
El jueves es un día duro a pesar de ser festivo. A las 10.30 salgo de casa con una maleta gigante y otra de cabina (siguiendo las medidas de Ryanair, por supuesto), dejo las cosas en mi nuevo cuarto, veo mis nuevas sábanas de oso (un poco creepy, ya les haré una foto), vuelvo a casa, cojo mi mochila y me voy en busca de la estación de autobuses (lo que me cuesta más de lo esperado, cómo no...menos mal que tengo tiempo de sobra, sí, alguna vez me pasa).
¡Ah si! y en el metro me multan con 40€ aunque he pagado 'Si viene de esa parada tiene que ticar dos veces, son dos zonas'